VINUESA (SORIA)
numerosas mujeres de vinuesa rememoran cada año la victoria que obtuvieron sobre los vecinos de covaleda
De
invierno duro y verano corto por estar asentada en las mismas faldas de los
Picos de Urbión, a 1.110 metros de altitud, Vinuesa se encuentra a 32 kilómetros
de la capital soriana.
El origen de sus estivales y pintorescas fiestas, en honor a la Virgen del Pino, viene explicado por dos teorías diferentes.
Pero la causa de ambas es aceptable, y viene a parar en la misma interesante historia.
Resulta que allá por tiempos de Juan II o Enrique IV, a mediados del siglo XV,
se encontraban los visontinos (o viscontinos, que también es el gentilicio
aceptado para los del lugar), medio en guerra con los vecinos de Covaleda, por
culpa, y aquí viene la duda histórica, o bien de la delimitación entre ambos
municipios, o bien por la posesión de una imagen sagrada de la Virgen María,
aparecida sobre un pino crecido en tierra visantina, pero cuyas ramas entraban
en terreno de Covaleda.
una de las mujeres visontinas posa orgullosa con su rama de pino
Así
que los vecinos andaban batallando a base de estacas de pino y piñazos, en una
guerra ciertamente no muy cruenta, ya que de vecinos pinariegos
al fin y al cabo se trataba pero que buenos chichones y moratones debía causar a
unos y otros.
En cierta ocasión, en que ambas poblaciones se atacaron para zanjar el tema definitivamente, los bretos (naturales de Covaleda), más numerosos, iban ganando terreno.
Pero en forma de refuerzos, tuvieron que ser precisamente las mujeres de Vinuesa quienes, arremetiendo en batalla contra los adversarios, y sumándose a repartir piñazos y sacudir con ramas y estacas de pino (de ahí lo de pinochada) junto con sus maridos, hijos y hermanos visontinos, consiguieron vencer en la lid.
durante esta divertida celebración, las mujeres acaparan el protagonismo haciendo llamativos trajes regionales
Así,
la imagen de la Virgen quedo en su posesión desde entonces, pasándose a llamar,
del Pino, en recuerdo del ecológico armamento utilizado en el
combate.
Por
la zona cuentan que, todavía hoy, y a causa de estos hechos ancestrales, o quizá
de otras riñas ya olvidadas, lo cierto es que perdura cierta rivalidad secular
entre Vinuesa y Covaleda, contrincantes en cualquier terreno a la mínima
oportunidad.
En
recuerdo de aquel día, las mujeres de Vinuesa pueden, una vez al año, procurarse
ya bien temprano unas contundentes estacas y ramas de pino, con las que luego
atizarán una buena pinochada a los hombres que se les ocurra aparecer por las
calles y, especialmente, por el denominado Campo Verde.
Viene celebrándose con un ritual interesante y divertido de contemplar, en el que para la conmemoración histórica se visten los coloristas trajes típicos pinariegos, y disfrutan de un par de jornadas festivas, en las que bailes, actividades lúdicas, y citas gastronómicas ayudan a la celebración de la costumbre.
La fiesta acaba con un desfile de las históricas cofradías de la zona, cuyos miembros visten uniformes militares de época.
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