FIESTA ISLA IZARO

22 de julio

BERMEO - MUNDACA (BIZKAIA)

 

 

Numerosas embarcaciones (con las autoridades en cabeza) parten de Bermeo hacía Izaro, donde realizarán el acto de toma de posesión, rememorando tiempos pasados.



Bermeo, hermosa villa pesquera, se desliza a orillas del mar Cantábrico.

Su puerto es tal vez el lugar más característico del municipio, y acoge en torno suyo las bellas viviendas de pescadores, principales protagonistas de esa romería marítima.

Cuenta la tradición que Bermeo y Mundaca mantuvieron una pugna por la posesión de la Isla Izaro, y tras el litigio (resuelto mediante una regata entre tripulaciones de ambas poblaciones), Bermeo se alzó con el triunfo. Forma parte de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai.
 

Esta isla triangular posee una verdadera colonia de aves marinas; gaviotas, paiños, garcetas…
 

Se cuenta que en esta isla existía un antiguo eremitorio bajo la advocación de Santa María Magdalena, y que posteriormente, el concejo de Bermeo cedió las tierras de Izaro a un fraile para la construcción de un convento.

 

nadie quiere perderse esta fiesta especial

 

 

 

la romería marítima hace escala en elantxobe y más tarde en mundaca

 

Mientras dicho convento permaneció en pie, acogía cada año, el 22 de julio, a las autoridades bermeanas, que acudían a la isla para celebrar una misa en honor de Santa María Magdalena.
 

El 22 de julio, festividad de Santa María Magdalena, se despierta la mañana con el antiquísimo son del son del zortziko de la Magdalena, cuyos acordes recorren las calles de la villa gracias a la banda de tamborileros.
 

 

al llegar a tierra firme la celebración alcanza su máximo esplendor.

 

Los ediles del Ayuntamiento se reúnen en la Casa Concejil, desde donde parten hacia la Iglesia Juradera de Santa Eufemia, para celebrar una misa.
 

Después, la comitiva marcha al puerto, donde embarca hacia Izaro. Van acompañados por la música y los cohetes, que anticipan la celebración festiva. Al llegar a la tierra de Izaro se inicia el acto de toma de posesión, en el que los concejales, acompañados de vecinos de Bermeo, suben hasta la cima de la isla, y ondean la bandera.

Tras esto, el alcalde toma en sus manos una vieja teja y la lanza al mar, pronunciando la mítica frase: Horraino heltzen dira bermeoko ittoginak (hasta allí llegan los tejados de Bermeo). Las autoridades, entonces, firman el acta entre cánticos, sirenas y vivas muestras de alegría.
 

Finalizado el acto, las embarcaciones ponen rumbo a Elantxobe, pueblo que actuó como juez en la pugna entre Mundaca y Bermeo. En el puerto son recibidos por el alcalde, que saluda al de Bermeo entregándole una vara de mando.
 

La comitiva parte hacia la plaza de la iglesia de San Nicolás de Bari, precedida por la banda de tamboriles que les ofrece los sones de la Magdalena.

Al llegar, se baila un aurresku en honor de las autoridades vecinas. Tras el acto protocolario, todos los asistentes participan de las biribilketas, fandangos y arin arin hasta la hora de la comida, que transcurre en un ambiente ameno y festivo.
 

Al caer la tarde, la romería marinera parte hacia Mundaca, su pueblo vecino que, a pesar de haber perdido la competición, no quiere perderse la fiesta, y de nuevo se repite la ceremonia.
 

El fin de fiesta se celebra YA EN Bermeo, adonde llegan de noche. Las calles y plaza del pueblo se tornan escenario de música y baile hasta altas horas de la madrugada.

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