FIESTA EL CIPOTEGATO

TARAZONA (ZARAGOZA)

 

los últimos días de agosto tarazona es un escenario de alegría y color

 

De las fiestas de Tarazona hay mucho que contar, y muy interesante.

La tradición del Cipotegato sirve de inauguración de las conmemoraciones patronales en honor a San Atilano, glorioso hijo de la localidad y obispo de Zamora, que se celebran del 27 de agosto al 1 de septiembre.

El evento quiere recordar el traslado de las reliquias del Santo a la villa, en el año 1644.

 

 

la gente se agolpa en la plaza del municipio para bombardear de tomates al cipotegato

 

Normalmente, el programa del día del Cipotegato comienza a las 12 horas del mediodía en la Plaza de España, con el anuncio oficial del comienzo de las fiestas, y la esperada aparición del escurridizo personaje, vestido de la cabeza a los pies con un vistoso traje de colores y al que la multitud le lanza una monumental lluvia de tomates mientras intenta atravesar la plaza como puede y volver, de un extremo a otro.
 

Sobre el origen de esta tradición, que durante siglos se realizaba en el día del Corpus y luego se cambió a la fecha actual, existen varias teorías.

Algunas fuentes locales recuerdan cómo en Tarazona, ya en tiempo de los moros o cuando teníamos fueros y había algún preso que llevaban a la plaza, le tiraban ladrillos y piedras.

Si el reo de muerte era listo y fuerte y salía con vida de la plaza, le dejaban libre.
 

 

 

 

entre los restos de tomates, agua y espuma, el suelo se convierte en una pista resbaladiza

 

Para otros, el origen se encuentra en los bufones que servían de entretenimiento y diversión a nobles, reyes y demás gentes del pueblo en siglos pasados.
 

son los jóvenes quienes más disfrutan de las actividades festivas que ofrece el programa del cipotegato

El Cipotegato sería pues personaje adoptado por la municipalidad turiasonense en el siglo XVII, hasta que en tiempos de Felipe II se comenzó a denominarle cabeza de gato o cara de gato, convirtiéndose finalmente en Cipotegato.
 

Recordemos que, por cipote, se entiende en Aragón persona tripuda y rechoncha, comparándose la máscara que cubre la faz de esta figura con la expresión felina de un gato.

Pero precisamente por esta misma explicación, hay quien defiende que es llamado así no por su expresión, sino por la pelota o saquete con que golpeaba antiguamente a cuantos pillaba a su paso, realizado a partir de una vejiga de gato.
 

Sin embargo, no fue hasta después de la Guerra Civil cuando se instauró de forma definitiva la costumbre de bombardear literalmente con tomates al personaje.

Las peñas turiasonenses son las encargadas de adquirir los mil kilos de tomates, que el 27 de agosto repartirán en bolsas de uno o dos kilos entre sus afiliados.

 

 

 

 

 

 

 

hay actividades de todo tipo, desfiles de gigantes y cabezudos, actuaciones en honor de la virgen, corridas de toros, bailes, concursos...

 

Ya en la fiesta, cuando la puerta del Ayuntamiento se abre para dar salida al objetivo de tanto tomate, al grito de ¡¡Pasillo!! Harán hueco para que Cipotegato salga y corra entre la multitud que le perseguirá enfervorecida para hacerlo blanco de su frutal proyectil.
 

Finalmente, si el Cipotegato no ha sido excesivamente cauto y no se ha escondido mucho, es alzado a hombros por las peñas y llevado triunfalmente en volandas hasta la puerta del Ayuntamiento.
 

Como anécdota, señalamos que el Ayuntamiento suele tener dispuestos otros tres cipotegatos de reserva, pues el impacto de tanto tomatazo, aunque no excesivamente dañino, puede llegar a aturdir al sufrido personaje.
 

Por ello el traje está ligeramente acolchado, para amortiguar los golpes de aquellos que tienen mejor puntería.

Por lo visto, éste mismo traje antes de la Guerra Civil era de una sola pieza y estaba confeccionado de punto y ganchillo, con lanas de muchos colores.

El actual presenta un traje arlequinesco o abotargado, de paño de colores rojo, amarillo y verde cosidos en piezas romboidales y triangulares, buscando el mismo contrapunto cromático que el primitivo, y acompañado de la mencionada máscara o careta de tela de los mismos colores.
 

En el mismo día 27 de agosto, a continuación de toda esta fiesta en torno al Cipotegato, las calles se llenan de alegría con el desfile de gigantes y cabezudos, y alguna actividad popular complementaria más, para rellenar la mañana.

 

esta fiesta tiene como protagonista el cipotegato, mítico personaje que aparece vestido de los pies a la cabeza con un vistoso traje de colores

 

Luego ya sobre siete de la tarde, en la misma plaza se celebra la solemne imposición del Pañuelo de Fiestas al monumento del Cipotegato, a la que sigue la también tradicional ofrenda de flores y de frutos a la Santísima Virgen del Río, actuaciones de jota y rondallas, y verbena nocturna hasta altas horas de la noche.

Y así bailes y charangas, corridas de toros y actos folclóricos, certámenes y concursos, pasacalles y murgas, hasta la llegada de septiembre, que devolverá de nuevo la rutina y los primeros fríos del Moncayo a los hijos de Tarazona.

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